viernes, 21 de mayo de 2010

Suzanne...

Supongo que, a veces, la poesía nos pilla desprevenidos. La encontramos en el lugar más inesperado. Nos mira de frente, nos sacude por dentro y nos devuelve al mundo. Esta tarde buscaba en Youtube canciones que tienen un significado especial para mí. Suzanne, de Leonard Cohen, es una de ellas.

Hoy vuelvo a escucharla, y me veo de niña, en una tarde de verano perezosa... veo el sol abrasando los ladrillos rojos de la casa de enfrente, oigo el ruido de los cacharros que mi madre y mi padre friegan en la cocina y su charla y sus risas... casi casi puedo oír la respiración de mi hermano, aún un bebé, durmiendo la siesta en su cuna..
Y de fondo escucho una música que me llena de calma y una voz de hombre lenta, grave, profunda... Suzanne takes you down to her place near the river, you can hear the boats go by, you can spend the night beside her... Y siento una alegría y una nostalgia al mismo tiempo, que sólo pueden sentirse en tardes de verano como ésta...

Normalmente no suelo leer los comentarios que la gente deja en Youtube. Veo el vídeo que me interesa y ya está. Pero hoy, bajo el vídeo de Cohen, he encontrado un comentario que alguien "colgó" ahí hace cuatro meses. Al leerlo, estos recuerdos de mi infancia y otros posteriores, en los que estaba sonando esta canción, han vuelto a mí. Me tomo la libertad de traducir ese comentario y de incluirlo aquí, confiando en que a esa persona no le importará compartir sus recuerdos con los míos...

Recuerdo haber escuchado esta canción en la radio del coche, en mitad de la noche, en algún lugar de Louisiana. Todos iban dormidos, salvo papá y yo, en un largo viaje, sólo de ida, desde California a Mississippi. Era el año 1970.
Encontré esta canción por error... y todo lo que puedo decir es wow... No había escuchado esta canción desde aquella noche, hace 39 años. Nunca supe el título de la canción, ni el nombre del cantante. Hasta ahora. Es extraño, no? cómo la música puede tocarnos tan profundamente, desaparecer durante una gran parte de nuestra vida... y entonces volver para llevarnos "allí" de nuevo...

viernes, 7 de mayo de 2010

Se me ha escapado abril entre los dedos.


Andando por la calle, me doy cuenta, que son otras las calles que recorro. Son otros los olores, los sonidos, los nombres…
No tengo que esforzarme. Sólo cerrar los ojos un momento, y a veces ni siquiera, y yo ya estoy allí, regreso a casa.
Me acerco a la ventana de mi cuarto en el campus, mi compañera aún duerme.
El cristal, que se empaña con mi respiración, difumina los rostros de la gente.
Dentro, Hanna comienza a despertarse. El sol inunda el cuarto, la primavera avanza.
Se me ha escapado abril entre los dedos, se lo llevó la lluvia.